Lo de hoy en Punta Alta fue una tormenta extraordinaria: muchos milímetros en pocas horas. Esa combinación sumada al escaso mantenimiento de las redes pluviales, la mugre acumulada en las calles hizo que en casi todas las casa hubiera problemas. Pero en mi escuela el paisaje de las fotos es el habitual en los días de lluvia.
El techo viejo y lleno de goteras, rajaduras en las paredes y canaletas deficientes que hacen que el agua entre sin parar. El agua entra por dónde se te ocurra, en mi laboratorio de ciencias se me llueve por el techo y cae por los ventiladores, y ahora también hay una rotura en la pared (por donde entra el caño del gas) que parece una catarata. En el laboratorio de informática se llueven las paredes y el techo y por ahora la única solución coherente que se consiguió fue comprar varios metros de nylon cristal para proteger las computadoras. Las aulas se llueven a traves de las paredes, paredes donde hay llaves de luz. El patio descubierto está más bajo que el resto de la escuela y las rejillas no alcanzan a desagotar el agua que cae de los techos, eso hace que se transforme lentamente en una pileta, aislando a las aulas del fondo (que obviamente también se llueven).
Inversión en infraestructura? Respuestas del Consejo Escolar de Coronel Rosales? No sabe, no contesta.
Y mientras tanto la escuela este 2014 celebra sus 40 años con la secreta esperanza de algún día tener el edificio propio, edificio para el que ya hay terreno y planos pero nunca dinero para construirlo.
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